Una pareja, que quería un hijo, vivía junto a un jardín rodeado de paredes que pertenecía a una malvada bruja. Cuando finalmente logran concebir, la esposa ve unas campanillas plantadas en el jardín y anhela tener algunas por lo que el esposo trata de juntar algunas para ella, pero es descubierto por la bruja quien lo acusa de robo. Él le ruega piedad, por lo que la bruja le da algunas campanillas para que se las lleve a su casa con la condición de que el hijo que está esperando su esposa le sea entregado al momento de su nacimiento. Cuando el bebé nace es reclamado por la bruja y llamada Rapunzel, la bruja la encierra en una torre en la que la visita diariamente y le pedía que deje caer su largo cabello dorado, para luego trepar hasta la torre.
Un día, el príncipe escucha a Rapunzel cantando desde la torre pero al no encontrar una forma de entrar regresa con asiduidad. Un día logra ver que la bruja, para poder subir, cantaba a la chica "Rapunzel, Rapunzel, deja tu pelo caer, así puedo trepar la escalera dorada", y de esta manera aprendió cómo llegar hasta ella. Hizo lo mismo que la bruja y desde ese día comenzó a frecuentarla, se enamoraron y él le propuso matrimonio.
El plan para que escapara era que ella tejiera una escalera con la seda que él le llevaba cada noche al visitarla, pero la bruja se da cuenta y obliga a Rapunzel a cortar su cabello, tras lo cual la abandona en un pantano.
A la noche siguiente el principe la visita sin saber que la bruja ha tomado su lugar, al enterarse de lo ocurrido el principe cae sobre unas espinas y queda ciego, largo tiempo pasa vagando en ese estado, hasta que es encontrado por Rapunzel quien lo lleva a casa. Al verlo en un estado tan deplorable, la joven llora de tristeza y frustración pero cuando sus lágrimas tocan los ojos del principe, este recupera la vista, tras lo cual se casan.
